viernes, 2 de febrero de 2018

Las grandes señoras

Para representar la pesadumbre, Thomas Dquincey imagino tres señoras de las profundidades:
La de las lágrimas, La de los suspiros, la del desespero. Ellas nunca usan su voz, ni escalan las nubes, ni se pasean sobre el viento.

Hoy, por el contrario, el museo de arte afroamericano nos convida a pasear. Saco a sus señoras-despojadas de sus nombres , quizá peyorativos, de las interpretaciones, quizá coloniales con las que se pretendió oscurecer su sentido primero y ahora relucen fuertes, plenas como objetos hermosos en sí mismos.

El Convite abarca las mujeres de Carlos_ , esas señoras enormes, cuyos cabellos tocan los aires embebidas como están en la delicia de danzar.

Todas las piezas dialogan entre sí y con nosotros, nos convocan a pasear sobre el viento, a celebrar lo femenino del alma.

Museo y curadora han logrado un género de exposición que propicia la gracia de crear imágenes entrañables, el placer del ánimo, nuestro deleite (voy a decir ahora palabras de Ana Enriqueta Terán)
“y también un nuevo deleite para las grandes señoras negras”

Itala Scotto Domínguez


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